miércoles, 8 de junio de 2016

No pronuncio la palabra "muerte"

Philippe Petit no pronuncia la palabra "muerte", aunque acomete acciones que podrían suponer la muerte. Pero en realidad para él estar muerto es no poder cumplir los sueños.

Tampoco entiende de porqués. Dice que es lo que más le pregunta la gente: "¿por qué lo haces?" Y él contesta que es una pregunta que no se ha planteado nunca. Simplemente tiene un sueño y dirige su vida a cumplir ese sueño y, aunque para algunos subirse a un cable atado a dos edificios solo sea una locura, el caso es que es una invitación descarada a que lleguemos a la conclusión de que sólo se vive cuando se cumplen los sueños.

El se sube a un cable para enseñarnos a los demás y es la enseñanza más bella que se nos ha regalado gratuitamente: "pasar por este mundo sin pena ni gloria, habiendo obedecido a los que nos pedían que tuviéramos la cabeza sobre los hombros, cumpliendo así la expectativa ajena o sentirnos vivos al ver nuestros sueños cumplidos" Tú eliges qué lado de la balanza vas a permitir que se incline 

¿Os imagináis lo que debe sentirse en mitad de esa nada sujeto a un cable entre dos rascacielos? Y, por otro lado ¿os dais cuenta de que ninguna otra persona en el mundo podrá repetir la hazaña de Philippe? Ya no existen las Torre Gemelas. 

Un día vio en el periódico que, en Estados Unidos, estaban construyendo dos torres iguales y consideró que sería genial pasar un cable uniendo las dos azoteas y andar por ese cable. Se enfocó durante años para cumplir ese sueño y lo hizo en cuanto estuvieron construidas. Recientemente se ha recreado en el cine su peripecia y topé casualmente con la película. 

La historia de Philippe es una invitación a que hagas lo que tu corazón te dicte por loco que parezca. Por alguna razón, hemos venido al mundo para cometer nuestras locuras personales. Si no lo hacemos... ¿qué sentido tiene vivir?


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